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Siglos de crímenes que pueden quedar ocultos en la impunidad.

De guerrilla a partido político

Publicado: 2016-10-10


Hoy por hoy Colombia atraviesa uno de los momentos cumbres de su historia. Tras 52 años de una guerra sin tregua, la lucha armada con las FARC ha llegado a su fin. Y, aunque esto no ha sido refrendado por el hidalgo pueblo colombiano, es casi seguro que Santos continuará este proceso sin miramientos. Sin embargo, cabe preguntarse si es justo que los miembros de las FARC reciban la inmensa cantidad de beneficios que el Estado les está a dando a cambio del cese al fuego.

Para empezar, las FARC participarán de ahora en delante de la vida política del país constituidos como un partido con todas las de la ley. Sí, eso mismo que intentó hacer Sendero Luminoso por medio del MOVADEF y que ahora lo intenta a través del FUDEPP. Pero no solo eso, de no alcanzar un caudal suficiente de votos que les permita tener representación parlamentaria, el Estado colombiano les asegura diez escaños en el Congreso. ¿Se imagina usted si tuviese a líderes senderistas en el Congreso de la República?

Además, se concederán amnistías e indultos a los miembros de la guerrilla que hayan cometidos delitos políticos. En pocas palabras, los que hayan hecho apología, pero no hayan enfundado sus armas. Por estos lares, aun nos cuesta interpretar si hacer arengas a la lucha armada sobre un mausoleo de víctimas senderistas es o no apología al terrorismo.

Asimismo, durante 24 meses, los casi 7 mil guerrilleros de las FARC recibirán una pensión de 610 euros por trasladarse a una de las 28 zonas transitorias para su reinserción a la vida civil. Sí, así como lo lee, el Estado mantendrá a los guerrilleros. Si tenemos en cuenta que el salario mínimo en Colombia asciende a aproximadamente 210 dólares, el Estado les está dando más de tres veces el sueldo mínimo.

¿Son justificables todos estos beneficios para una guerrilla que ha causado 220 mil muertes documentadas (solo documentadas, sabe Dios cuántas más serán)? El expresidente colombiano, Álvaro Uribe, es uno de los más entusiastas opositores a la firma de este proceso de paz. Para el expresidente, este proceso solo asegura impunidad a los guerrilleros y deja el campo abierto para repetir la historia.

Lamentablemente, parece que en esta ocasión el fin sí justifica los medios y con tal de obtener la paz, el Presidente Santos no ha escatimado en dar beneficios a las FARC. Gracias a Dios, en Perú no fue necesario llegar a un proceso de paz porque Sendero sí fue derrotado militarmente. Que la paz sea para el hermano pueblo de Colombia.


Escrito por

Javier Onofre

Enemigo sañudo del peine y amante de los ansiolíticos musicales. @JavierOB17


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